viernes, octubre 19, 2007

Credo

Creo que no hay vida después de la muerte.
Creo en la quietud y el silencio antes de toda la existencia.
Creo ser parte de algo más grande, no por eso más importante.
Creo hoy en base a lo que me pasó ayer, no sé que vaya a creer mañana.

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No creo en la imposición de creencias.
No creo que el corazón sea quien dicta un sentimiento.
No creo que mis ojos sean capaces de engañarme a propósito.
No creo, categóricamente, que ayer haya sido nuestro último encuentro.

miércoles, octubre 03, 2007

Flor de Napauru (Fragmento)



Loco debía estar yo por pensar que la mujer de la banca trasera me miraba. No recordaba su nombre, y de haberlo oído seguramente habría sido solo uno más de la lista inexpresiva del profesor. Era una de esas clases en las que todos entrábamos enmascarados con un porte de soberbia y una vida atorada en la garganta.

Discutíamos las ramas del marxismo y la voracidad del sistema social del mundo occidental. Pocos teníamos idea de lo que es la carencia, y escuchábamos la cátedra de la profesora desde nuestra barrera de comodidad y desprecio. Sus comentarios vivaces y su risa estertórea me movieron a voltear a verla. Un rostro fino, de raíces indígenas y de sol otoñal detuvieron mis ojos. Una sonrisa franca me abrió las puertas y de ahí todo a mi alrededor se volvió difuso, solo su persona se mantenía clara, nítida.


Salimos del salón y no recuerdo qué excusa encontramos para charlar un poco, creo que fue un cigarrillo. ¿Blancos? -me dijo-, y yo acepté uno aunque trajera mis rojos favoritos en la bolsa del pantalón. Ya estando en completo dominio de su atención no pude hacer más que seguir las breves conversaciones que emanaban de su boca. El tabaco se terminó al borde de nuestros dedos y con él nuestro primer acercamiento. Desde ese momento en adelante ya siempre advertía su presencia en cualquier lugar.

lunes, octubre 01, 2007

Cortar un lazo

Cortar un lazo es como decir adiós sin moverse un centímetro, como observar a la felicidad tomar su equipaje y caminar hacia el horizonte. Es imposible cortar un lazo sin dejar un halo de fragilidad y tristeza alrededor, tan necesario y a la vez tan triste como preguntarse si alguna vez se unirá de nuevo.

También es cierto que hay lazos que pueden estirarse distancias muy grandes, incluso a través del tiempo. Rescatable sería que dicho lazo no se rompiese ni jalase a uno de sus sostenedores al fondo del abismo.


Pionera

Un día triste como hoy se deslizaron en el cielo nubes grises, cargadas de millones de gotas de agua, que se formaban alegremente como preparándose para un carnaval. Y así, la primera gota cortó la fría brisa y cayó sola, como la primera hoja en el bosque en otoño.

Al parecer se había adelantado a las otras gotas de su grupo, y su carnaval se había convertido en un atardecer solitario. Al zambullirse entre las corrientes de aire, se creyó la gota de agua más desafortunada del mundo...habría de caer en el suelo raso de la ciudad, sin ser vista ni sentida por nada ni nadie, podría ser confundida con una brisa playera o, peor aún, con el desperdicio de un ave.



Esa gota algún día soñó con ser parte del espectáculo de un aguacero, y caer alegremente sobre un charco mientras algunos niños se divertían saltando sobre él. Casi todas las gotas sueñan con formar parte de un grupo, sentirse acompañadas al caer. La pionera, por otro lado, es un ente solitario cuya vida pasa sin ser percibida, sin gracia.