El que se desespera pierde

Voy a salir de la línea literaria que he llevado últimamente en este blog para dar a conocer las impresiones que surgen, a minutos de ver a los dos candidatos fuertes a la presidencia, declararse ganadores ante el país.

Antes de las elecciones, alrededor del mes de abril y mayo, estuve trabajando como encuestador en municipios aledaños a la ciudad de querétaro, preguntando por la tendencia electoral de las personas. Al realizar este ejercicio, esperaba encontrar tendencias electorales, visiones de lo que se debería hacer con el país, y peticiones claras hacia los candidatos a gobernar. En lugar de esto, encontré rencor, rencillas enclavadas en el tiempo, frustración y enojo de un gran porcentaje de los electores. Puertas cerradas en mis narices, malas caras y simples negativas de participación me abrieron los ojos ante la frágil paz que respiramos los mexicanos.

Un 40% de la población mexicana no salió a votar el día de hoy. Y ese 40% se abstuvo de votar no porque tuvieran flojera o porque no estuvieran enterados de las elecciones, sino porque no creen en las instituciones, ni creen en ellos mismos como factores de cambio en la realidad el país. Es ese 40% el que me preocupa, que pierda esa inmovilidad ficticia que muestran las cifras, y que en estos días se pronuncie por la vía de la hostilidad hacia las instituciones.

Nosotros; jóvenes, negociantes, profesionistas, trabajadores e integrantes de hogar que fuimos a votar, tenemos la responsabilidad de dos cosas:

1) mantener la calma ante el huracán de declaraciones y descalificaciones que abatirán a los medios de comunicación, y

2) fortalecer la autoridad y la legitimidad que tienen nuestras instituciones, que tanto a nuestros padres como a nosotros nos ha costado un esfuerzo diario (tal vez indirecto) mantener y moldear.

Me despido y me voy a dormir con la fe de que los hombres que hoy se dirigen a la presidencia, tengan la inteligencia y/o la sensatez de respetar lo que a todos nos ha costado trabajo construír. A estas alturas ya no se trata de vitorear a Felipe o a AMLO, se trata de mantener el estado de derecho.

Saludos
BigM. 03/07/2006