Es lo que acaba de suceder. Muhhamad Yunus, director de un banco en Bangladesh, acaba de ganar el premio nobel por sus innovadoras tácticas de crédito en su país. Fíjense que a este don se le ocurrió darle crédito a un sector que a ningún banquero en su sano juicio se le hubiera ocurrido. Le dió crédito a los desposeídos, a las viudas, a los habitantes en pobreza extrema. Los créditos eran tan bajos como 12 dólares, y se le dió a varios miles de ciudadanos.
La clave de esta estrategia bancaria era que él creyó (lo que nadie más hizo) que la gente más pobre de Bangladesh en realidad haría algo productivo con el dinero que él les prestaría. La gente agarró sus 12 dólares y los invirtió en micronegocios, desde vender incienso o cooperarse para comprar una vaca y vender su leche.
Me parece sumamente rescatable el ejemplo que nos pone Muhhamad porque nos enseña que todavía podemos confiar en la naturaleza buena del hombre, a ese instinto de supervivencia que no necesariamente se traduce en violencia, corrupción o desorden.
si quieren checar la nota completa, acudan al siguiente link.
http://www.nytimes.com/2006/10/14/world/asia/14nobel.html?_r=1&th&emc=th&oref=slogin
saludos
BIg M.
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