Estando en una reunión escuché a alguien decir lo siguiente:
¿Porqué el día del trabajo se celebra no-trabajando? Esta ironía me pareció muy válida en ese momento: ¿No deberíamos celebrar el día del trabajo con una jornada de esfuerzo extra, de trabajo puro?
Para tener una respuesta fundamentada, me puse a investigar la historia de esta celebración.
La historia del día del trabajo comienza en 1886, cuando unos trabajadores de Chicago se manifestaron en contra de la jornada de 18 horas y las condiciones infrahumanas en que trabajaban. Esta manifestación se extendió tanto (200, 000 obreros) que la policía tuvo que detenerlos, realizando una matanza en plena calle. Los obreros no cedieron, y se siguieron manifestando 4 días más, hasta que sus peticiones fueron escuchadas.
Al término de ese año la mayoría de las empresas accedieron a otorgar la jornada de 8 horas en Chicago, y de ahí se empezó a extender el movimiento a otras partes del mundo.
En México, también se realizaron movimientos obreros y huelgas, como las de Cananea y Río Blanco, realizadas durante el gobierno de Porfirio Díaz en 1906, que fueron reprimidas con el fusilamiento de sus líderes. La lucha obrera y sindical no obtuvo éxito hasta 1917, con la promulgación de la Carta Magna, que reconocía los derechos de los trabajadores.
Francia fue la primera nación en nombrar el 1ro de Mayo el Día de los Trabajadores, a principios del siglo XX. Durante la celebración se recordaría a todos los trabajadores fallecidos en la lucha, y se daría el espacio para que organizaciones sindicales manifestaran sus necesidades.
Ahora que conocemos la historia, podemos responder a la pregunta inicial: en el día del trabajo no se labora porque celebramos y recordamos a todos aquellos que han luchado por conseguir un trato justo para los trabajadores y sus familias.
Y por último, una recomendación: disfrutemos nuestro día de asueto, y escuchemos las necesidades de los trabajadores, porque aún queda mucho camino por andar.
¿Porqué el día del trabajo se celebra no-trabajando? Esta ironía me pareció muy válida en ese momento: ¿No deberíamos celebrar el día del trabajo con una jornada de esfuerzo extra, de trabajo puro?
Para tener una respuesta fundamentada, me puse a investigar la historia de esta celebración.
La historia del día del trabajo comienza en 1886, cuando unos trabajadores de Chicago se manifestaron en contra de la jornada de 18 horas y las condiciones infrahumanas en que trabajaban. Esta manifestación se extendió tanto (200, 000 obreros) que la policía tuvo que detenerlos, realizando una matanza en plena calle. Los obreros no cedieron, y se siguieron manifestando 4 días más, hasta que sus peticiones fueron escuchadas.
Al término de ese año la mayoría de las empresas accedieron a otorgar la jornada de 8 horas en Chicago, y de ahí se empezó a extender el movimiento a otras partes del mundo.
En México, también se realizaron movimientos obreros y huelgas, como las de Cananea y Río Blanco, realizadas durante el gobierno de Porfirio Díaz en 1906, que fueron reprimidas con el fusilamiento de sus líderes. La lucha obrera y sindical no obtuvo éxito hasta 1917, con la promulgación de la Carta Magna, que reconocía los derechos de los trabajadores.
Francia fue la primera nación en nombrar el 1ro de Mayo el Día de los Trabajadores, a principios del siglo XX. Durante la celebración se recordaría a todos los trabajadores fallecidos en la lucha, y se daría el espacio para que organizaciones sindicales manifestaran sus necesidades.
Ahora que conocemos la historia, podemos responder a la pregunta inicial: en el día del trabajo no se labora porque celebramos y recordamos a todos aquellos que han luchado por conseguir un trato justo para los trabajadores y sus familias.

Y por último, una recomendación: disfrutemos nuestro día de asueto, y escuchemos las necesidades de los trabajadores, porque aún queda mucho camino por andar.
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